Esta mañana he coincidido con Amparo y el Tigre en la clínica Montecanal donde está ingresado nuestro compañero. También estaba su novia, de la que no recuerdo en nombre para variar.
El estado de Milito es extraordinario. No lo veía desde ayer cuando era un mar de gritos de dolor, todavía resuenan en mis oídos. Pero hoy estaba tranquilo, animado, muy animado me atrevería a decir.
Le han puesto una varilla dentro del hueso del fémur. Para ello le han hecho una incisión en la parte superior de la pierna, a la altura de la cadera, y otra a la altura de la rodilla. Cuatro tornillos y a correr. Dos vendajes en cada herida y ni lo han escayolado. En tres días debe empezar a doblar la rodilla, impresionante.
Le hemos invitado a jugar este sábado, pero como que no. Dice que deja el fútbol para siempre, a partir de ahora a la petanca, el pádel y como mucho, bicicleta. Es normal, lo ha pasado muy mal el pobre.
Nos ha detallado la rotura, sabe que tenía el pie en el suelo, con todo el peso de su cuerpo sobre la pierna derecha, cuando notó el golpe y escuchó cómo se rompió el hueso. Ni al caer, ni al golpearse, estaba de pie y no sabe ni recuerda qué paso ni por dónde le vino el estacazo. Le ha echado la culpa a las botas que llevaba, piensa que los tacos eran demasiado largos para el césped artificial, y de haber llevado multitacos la pierna se hubiera desplazado al recibir la entrada y como mucho un esguince. No sé, no hemos comentado nada delante de él.
Y me ha dado qué pensar. Tíos de cuarenta años o más, los más afortunados con la obligación de trabajar al día siguiente o al siguiente laborable, con familia, hijos, esposas o parejas, detrás de un balón intentado hacer deporte. “Venimos a divertirnos” escuchamos multitud de veces. Pero no callamos, ponemos a parir al árbitro, al rival y a cualquiera que nos contradiga durante y, a veces, al terminar en partido.
“Venimos a divertirnos”, sí, seguro. El próximo partido, antes de enfadarnos con un contrario, pensemos en nuestras obligaciones, que aunque no sean divertidas, son las que nos permiten tener espacios de ocio para, por ejemplo, jugar al fútbol.
Gracias por los comentarios de nuestros riales y compañeros del PLZ y del Universidad.
Ánimo Milito, ya queda menos.
Estoy de acuerdo Fdo, en tus comentarios, de que ya somos mayores, y que casi todos al dia siguiente tienen que ir a currar, y habrá que valorar si se la tiene uno que jugar los fines de semana por rellenar el ocio con aquello que nos gusta que es el futbol. Tu sabes muy bien que el futbol nuestro de los domingo se tilda de futbol "social". nada mas lejos de la verdad la gente no va a divertirse, van a ganar, y cuando se va con este objetivo, a veces pasan estas cosas, que le han ocurrido a vuestro amigo y colega, al cual no conozco , pero que desde aquí, desde vuestro blog, le deseo una pronta recuperación, no dudo que volverá a jugar tranquilamente, porque la ciencia y su persona se lo permitirá, pero tendría que pensarse que jugar al mus, guiñote, o dominó, es mucho mejor, y tambien se hacen amigos y se puede almorzar. Hasta el domingo mis saludos.
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