Lo primero a Jesusín, esperemos que haya salido la niña a la madre que no me imagino una mujer con su careto…
Y al minino, por fin acertó una quiniela y cobramos algo para dejar de poner pasta durante un mes. La clave de todo fue que, en lugar de almorzar los huevos de siempre, se pidió el primer plato del menú fin de semana del Babuino y se la comió toda, toda, toda.
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