MONTECARLO 1 – SPORT 3

Ayer fui al cine con la rubia. Hace días que quería ver la película “Luces Rojas” y no sé porqué. Parecía que me iba a gustar y así fue, la jefa encantada con la película y yo más… je, je. El final muy bueno e inesperado, digno de recordar, como el partido de hoy.

“Luces Rojas” va del fraude de esos vendedores, sanadores, abraza farolas y engaña bobos que en nombre de dios crean esos espectáculos tan americanos, de parapsicología bien montada. Y ¿Qué son las luces rojas? Pues son personas que como explica Sigourney Weaver, no encajan en el entorno previo a los espectáculos, se dedican a indagar y conseguir información de los asistentes a los mismos para entregársela al parapsicólogo que monta en espectáculo con el fin de completar su engaño. Hoy en el campo del Montecarlo ha habido varias luces rojas y algún fenómeno parapsicológico difícil o casi imposible de explicar.

Y es que este Sport tiene dos pilares en el centro de campo que si lo hacen bien nos hacen buenos al resto. Esas dos luces rojas treintañeras hacen bueno a Fernando de central; al Miguelón impecable aunque esté enfriado y no pueda hablar; permiten al Tigre vivir en el campo del rival más de medio partido; que a Patxi no le ganen ni una vez la espalda; vamos que la defensa sea un espectáculo que permita el fenómeno inexplicable y paranormal de que Roberto no cante ni una vez en un partido. Y así fue la primera parte, sobrios atrás y aprovechando un zarpazo de Jesús para irnos con un más que merecido 0 – 1 al descanso.

Empezó la segunda parte descubriendo dos nuevas luces rojas. Minuto uno, falta en el área pequeña por cesión al portero del Montecarlo; luz roja Manolo, el más listo de la clase, saca rápidamente a Mario luz roja cascabel que sólo tiene que empujarla. Los rivales creyeron que era un fenómeno paranormal, pero no, lo habían soñado ya que estaban durmiendo en el trascurso de la falta.

Y entonces ocurrió, un fogonazo en el cielo de Torrero que conmocionó al mundo mundial. Yo no lo vi, ni me lo han contado, pero lo supongo. En la segunda parte ocurrieron fenómenos increíbles, y no son que el gol del Montecarlo en clamoroso fuera de juego y el gol que les anularon después injustamente por un balón que no había salido del campo. No. Paranormal es que Txatxa encare solo desde el centro del campo al portero rival y cuando todos celebramos el gol dé un punterazo, sí un punterazo, que casi mata a un espectador que había a 10 metros de la portería. Paranormal es que Bebe, sí Bebe, encare solo al portero tres veces desde el centro del campo y la mande las tres veces fuera pegadas al palo. Paranormal es que al final, el amigo Bebe, encare al portero y piense “cagüen que esta vez regateo al portero” y lo regatee, también al defensa por la derecha, ahora por la izquierda, ahora al portero de nuevo, me salgo del campo, me ventilo a los veinte que hay en el bar, a los todos los alevines que calientan en la banda, ahora a los de las gradas, vuelvo al campo, de nuevo al defensa, encaro al portero, me la quita rebote y… joder ¡Lo mete de cabeza!

En fin, la parapsicología es considerada una pseudociencia por la comunidad científica, principalmente porque la existencia de los fenómenos paranormales no ha podido ser demostrada científicamente aún, y nos va a llevar mucho tiempo entenderlo.