¿COLA DE LEÓN O CABEZA DE RATÓN?

Querido Michel: tenemos salud, que os lo importante. Seguimos en nuestros puestos de trabajo, mayoritariamente, que no es poco para los tiempos que corren y además nos podemos permitir el lujo de pagarnos un almuerzo con unas cervezas después de los partidos. Esto nos es sufrir. Los que sufren son otros, unos cuatro millones al menos, nosotros somos unos afortunados. Lo que nos ha pasado con el grupo es una putadilla, nada más, nos toca ser la cola del león, el ratón se quedó en el otro grupo.

Hemos empezado con un 4-3-3, con dos cojones. Pachi, Juancar, Yo y Mario atrás, de izquierda a derecha. Delante Carlos, Chechu y el Tigre (hoy tigre de Bengala el cabrón, se ha puesto los colmillos y se ha afilado las uñas). Delante la Triple Entente con Stephan, Bebe y Floren (estos no sé en qué orden). En el banquillo se quedó Beni, no había nada más.

Con este panorama, teniendo enfrente lo que había, en diez minutos se habían comido a Chechu, llevaba una amarilla y no sabía por dónde le venían, estaba más solo que la Estatua de la Libertad intentando para todo el Océano Atlántico. Los de la Triple Entente corriendo como joputas detrás del balón y los de atrás intentando parar sus bandas que, esos sí, corrían como hijos de puta. Dos menganos fijos en punta que bajaban a hacer paredes con sus centrocampistas en cuanto les venían de cara el compañero con el balón controlado. Vamos, que casi no sabían nada de esto llamado fútbol, sus defensas en el borde de su área, los puntas en el borde de la nuestra y los de banda esnifando las rallas de cal, haciendo el campo lo más grande posible y esperando que nuestras barrigas apretaran nuestros pulmones y nos asfixiáramos solitos.

En algún momento de la primera parte se viene Pachi a ayudar a Chechu, con lo que Carlos se queda en banda sin apoyo. La Triple Entente ni se mueve, sólo bajan alguna vez cuando tenemos nosotros el balón, cuando lo tienen ellos se quedan arriba. Así que nos colocamos en una cosa rara, como un 3-4-3 o yo que sé. Vamos que se pega una hostia el Flo contra la valla, se cambia por Beni y se va directamente arriba. Y se acabó el partido, nos clavan dos pavas antes del descanso y otra al empezar el segundo tiempo y nos deshuevamos, hacemos la guerra por nuestra cuenta, metemos un gol, nos dedicamos a criticarnos entre nosotros y menos mal que entonces se enchufa Juancar (ha hecho una decena de cortes de cágate lorito) y Sergio se pone a parar lo increíble.

Así que hasta el final del partido, y el final ha sido cuando hemos dejado vacío el vestuario, nos hemos dedicado a hablar entre nosotros (lo de hablar en un sucedáneo) y sacar de lo peor que llevamos dentro.

Querido Michel, mal pintan los próximos partidos si nos lo tomamos igual que éste, que ya estaba perdido antes de empezar y con mal “feeling” desde la cafetería. Mal rollo entre nosotros, críticas, comentarios, etc. Yo he aprendido hoy que debo callarme, no haré comentario alguno durante el partido a nadie y guardaré mi posición como en el ejército, y a aguantar el chaparrón conforme llegue, auque sean chuzos de punta.